Antes de una entrevista para The Wall Street Journal, Julio Mario Santo Domingo (ejemplo de todo lo que significa vestir bien) enseñó al periodista el interior de un lujoso traje que llevaba puesto, afirmando que había sido confeccionado hacía 35 años. Alexander Zielcke, propietario de Le Collezioni, explica que el secreto para que un vestido fino (como los que usa Santo Domingo) dure 35 años, consiste en usarlo solo 10 veces al año.
Por eso, un hombre de mundo, añade, bien vestido como el príncipe Carlos de Inglaterra o el rey Juan Carlos de España, debe tener en su vestier mínimo 30 trajes de marca, 25 pares de zapatos, 80 camisas y 150 corbatas. Zielcke considera que hoy la tendencia de la moda masculina vuelve hacia el hombre elegante, que sabe vestirse bien, que está actualizado y que cada año lleva a su ropero cuatro nuevos vestidos.
Aunque tener buen gusto no es fácil, lo más difícil es tener con qué comprar la ropa fina, que cuesta pero dura. Las cuentas para adquirir una pinta de lujo, estimada en 7millones 690mil pesos, son estas: Un vestido italiano Ermenegildo Zegna vale en Colombia 4millones 700mil pesos; una camisa inglesa Hilditch Key, 500mil pesos; una corbata Ermenegildo o Turnble & Asser, 360mil; unas medias inglesas Pantherella, etiqueta negra, 80mil; un par de zapatos Salvatore Ferragamo, 1,5millónes, y un cinturón de la misma marca 550mil pesos.
Esto, como lo básico, pues a esta pinta se le puede sumar una billetera de medio millón de pesos, un abrigo italiano de cachemir de 4 millones, un abrigo de cuero Ferragamo de 7,6 millones, una chaqueta deportiva de la misma casa de 6 millones, un suéter de lana merino Pal Zileri de 700mil, unas mancornas inglesas Tateossian de 400mil, un pañuelo para el bolsillo del saco de 150mil (de color distinto al de la corbata) y un maletín ejecutivo de Salvatore de 3 millones de pesos.
El mercado de las marcas de lujo mueve en Colombia alrededor de 20mil millones de pesos al año con las firmas Hugo Boss, Louis Vouiton y Le Collezioni y marcas como Salvatore Ferragamo, Pal Zileri, Giorgio Armani, Lion of Porches y Valentino.
Solo en Bogotá hay por lo menos mil clientes masculinos, entre ejecutivos de multinacionales, empresarios, políticos y hombres de mundo, fieles a las grandes marcas mundiales de lujo que se visten a la altura de Nueva York, Londres o Milán. Un solo comprador se puede gastar anualmente hasta 100 millones de pesos.