Si entre tus amigos de rumba está el que siempre se desaparece por arte de magia, cuéntale que ya le pueden decir el rey del ghosting.

Cuando llegas a una fiesta o evento social, hay que saludar a los que llegaron antes que tú… (por eso es bueno llegar temprano). Si no conoces a todos los invitados, que es muy común, se harán las respectivas introducciones:

– “Hola Juanis” te presento a Lore, mi amiga de la universidad.

– Mucho gusto ¿cómo vas? ¡Ay! ¿Tú eres la amiga de Juan Pablo?

– ¡Sí! estudiamos juntos.

… y así con todos con los que empieces a entablar conversaciones.

Ya después de un buen rato de beber un par de tragos, reír, bailar y pasarla bien (o no tanto… puede pasar), llega el momento de irte. Pero para despedirse de todos a los que conociste esa noche tienes que crear todo un plan maestro. Especialmente cuando son muchos.

“Por qué se va a ir”, “quédate otro rato”, “Yo lo llevo ¿cuál es el afán?”… entre otros reclamos y argumentos que te empiezan a dar para que no te vayas. Y sólo queda pensar: para la próxima no digo nada y me voy sin despedirme.

Ahí es donde aparece el “ghosting”: el acto de irse de las fiestas sin despedirse de nadie, ¿te suena familiar?

Pues te contamos, que ahora es la nueva moda, aunque abandonar una fiesta o una reunión social no es nuevo. Ya es una costumbre que varios han adoptado, casi como un estilo de vida.

Pero se ha masificado a tal punto que hoy se transformó en una tendencia digna de estudio, que también se le llama “despedida irlandesa”.

El término “ghosting, en principio, hacía referencia a situaciones de pareja, donde uno de los involucrados optaba por desaparecer de a pocos. Dejaban de contestar mensajes, llamadas y de repente, ya no volvías a saber de la  otra persona.

En la actualidad, se utiliza justamente para referirse a quienes “tiran la bomba de humo” y se desaparecen de fiestas o reuniones sociales.

El ghosting es de mala educación

“Motivos hay muchos, pero lo que prima es el desgano por despedirse. Se le puede atribuir a algo psicológico, pero es una sensación de liberación que ni siquiera perdura, pues no conlleva resentimientos”, explica el experto Willy Geisse.

Willy Geisse es toda una autoridad en temas de protocolo y buen comportamiento en eventos sociales.

Geisse justifica la acción explicando que cuando nos despedimos de todos “generamos un ambiente enrarecido, como que todos creen que la fiesta se acabó, entonces decidimos irnos lo más desapercibido posible”.

Pero también señaló que es falta de consideración a los demás: “Hoy, la moda es hacerse el cool y no respetar nada, pero hay cosas que deben estar antes: el sentido común, la educación y, si se cumple con eso, ahí alguien recién puede ser cool. Sin las dos condiciones anteriores, sólo es alguien haciéndose el loco que se va sin pagar la cuenta”.

El experto concluye con el siguiente consejo: “Si estás en una fiesta ruidosa y llena de gente, seguro, adelante y haz un ghosting, pero si asistes a una reunión más pequeña e íntima en la que tu ausencia no pasará desapercibida, piénsalo dos o tres veces”.

La solución está en usar el ghosting para simplemente desaparecer. Uno se evita la tediosa tarea de despedirse durante horas de los demás. Cada día es más común aplicarlo en este tipo de situaciones. Al día siguiente se puede compensar la huída con un mensaje a los amigos y especialmente al host, diciendo que la pasaron muy bien. También, puedes avisar desde el principio, que tienes planeado irte sin decir adiós a todas las personas presentes.

Fuente: República