El cepillo dental es el elemento más importante en la limpieza bucal.
El mercado esta lleno de opciones para la limpieza bucal y cada días hay más alternativas. Sin embargo, los cepillos de dientes tienen dos características primordiales, eléctricos o manuales.
Cepillos dentales manuales
Se caracterizan por su mango ergonómico. Lo ideal es que se practique alguna técnica para una mejor limpieza bucal, dependiendo de la característica de la boca, aprovechando que se puede manipular de la forma requerida por estar sus movimientos ligados a lo que ordenes. La fuerza que se aplica sobre el diente, los movimientos que se hacen y la inclinación es lo que determinará los resultados.
Cepillos eléctricos
El mango es mucho más ancho porque allí se aloja la batería, lo que para algunos los hace tan cómodos para generar los movimientos. Sin embargo, disponen de un sensor de presión, que normalmente es una señal lumínica, pudiendo controlar de esta forma la fuerza que se efectúa. Generan movimientos oscilantes rotacionales o sónicos que facilitan los resultados.
¿Por cuál decidirse?
Realmente depende del gusto de cada persona y lo que, para cada quien, considere es lo más importante. Hay que destacar que el cepillo eléctrico por su rotación y velocidad, realiza una limpieza de la placa bacteriana (o biofilm) más eficaz. Lo que hay que tener en cuenta es que la limpieza no solo depende del cepillo, sino del tiempo de cepillado, la forma de hacerlo y los demás elementos que se utilicen, como son la ceda dental y el enjuague bucal.
Recomendaciones sin importar si es eléctrico o manual
Las cerdas deben ser de dureza intermedia para que no lastimen las encías, pero que tengan la firmeza necesaria para limpiar de forma adecuada. Se deben cambiar los cepillos o cabezales máximo cada tres meses por tener un uso de mínimo tres veces al día.